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viernes, 3 de febrero de 2017

Beneficios de implicar a los hijos en las tareas del hogar

No sólo los padres nos beneficiamos de los favores que podemos recibir de los pequeños de la casa, sino que para los niños representa una gran ayuda en su desarrollo. Aunque a simple vista no lo parezca, les puede ayudar a enfrentar diferentes retos, realizar cambios positivos y relacionarse en la sociedad de forma apropiada. Pero todo esto supone procesos que no se consiguen de la noche a la mañana y requieren nuestra paciencia, tolerancia y firmeza. Muchas veces es toooodo un desafío. 

-Ayuda a desarrollar las habilidades motoras. Colaborar con el tendido de camas, juntar los juguetes, alimentar a mascotas, tirar cosas a la basura, etc., fomentan el equilibrio, la coordinación y perfeccionan  los distintos tipos de motricidad.

-Desarrolla su autonomía. Muchas veces los adultos, con la mejor de las intenciones, nos anticipamos a lo que puedan hacer los niños, realizando tareas que ellos podrían hacer por sí mismos. Lejos de ayudarlos, los convertimos en personas dependientes que no aprenden a valerse por sí mismas. Confiar en sus capacidades y permitirles que las demuestren, estimula a un crecimiento emocional sano. En este proceso, se deben respetar ciertas decisiones de los niños como “ya estoy grande, puedo hacerlo solito”. Lo ideal es guiarlos y acompañarlos, teniendo siempre en cuenta que los niños aprenden de lo que observan de nosotros, los adultos referentes.

-Pertenencia a un grupo. El trabajo en equipo supone delegar, dar y seguir instrucciones. Al crecer, los chicos se encontrarán partícipes en una gran variedad de grupos, donde deberán ejercer distintos roles. Aprender a colaborar, enseña que muchas veces una tarea puede ser más llevadera si se realiza de a dos o más personas. También que los resultados pueden llegar en menor tiempo y lo agradable de compartir el sentimiento de haber logrado algo juntos.

-Aumenta la autoestima.” Si la figura más importante en mi vida, me pide que me encargue de algo, debe ser porque soy capaz de hacerlo”. Éste tipo de sentimiento genera confianza en sí mismo y si a ello se le suman elogios por conseguir el objetivo (procura no excederte para que pueda valorarlos), aumenta el valor y amor propio. Intenta confiar en sus capacidades y ten paciencia, la práctica hace al maestro.

-Les enseña a ser organizados. Una mente organizada se refleja en todos los ámbitos de la vida. Una mente desorganizada también. Aprender a poner orden en lo que los rodea, los ayuda a sentirse mejor consigo mismos y a tener las ideas más claras. Esto, sin dudas, repercute de manera positiva en sus rendimientos académicos y profesionales.  A un adulto organizado, le permite crear constantemente objetivos claros y alcanzables, lo que supone un estilo de vida colmado de sentimientos de éxito en general.


-Crea hábitos saludables. Para fomentar el sentimiento de seguridad en un niño, se le deben ofrecer consistencias, rutinas, hábitos repetitivos, ya sean horarios y formas (por ejemplo, cómo y cuándo cepillarse los dientes). Sin perder la flexibilidad (algún día los horarios pueden variar), quienes tenemos niños a cargo podemos fomentar hábitos que los ayuden a vivir una vida sana y activa.

En la siguiente entrada puedes ver una guía de tareas según la edad del niño. Espero que te haya parecido una lectura interesante y productiva. Hasta la próxima!!

Posibles tareas según la edad

*1er. año:
-Alcanzar un libro para que se lo lean
-Ayudar a que lo vistan
-Cepillarse el pelo

*2 y 3 años:
-Organizar los juguetes
-Poner algunas cosas en su lugar
-Poner los vasos y platos de plástico en la mesa
-Comer solo
-Tirar cosas a la basura
-Regar las plantas
-Se viste y desviste
-Llevar su ropa a la habitación
-Retirar su plato y llevarlo a la mesada de la cocina
-Sacar alimentos de los cajones bajos

*4 y 5 años:
-Asearse solo
-Poner la mesa
-Darle de comer a la mascota
-Lavar los platos, supervisado
-Retirar alimentos de estantes bajos del supermercado y ponerlos en el carro
-Ponerle manteca al pan
-Clasificar objetos limpios y sucios
-Reponer el papel higiénico en los baños

*6 y 7 años:
-Hacer la cama
-Ayudar a hacer listas de compras
-Organizar su escritorio
-Preparar su mochila
-Pasar la aspiradora
-Quitar el polvo de los muebles
-Limpiarse los zapatos
-Contestar el teléfono correctamente
-Preparar su ropa del día siguiente

*8 y 9 años:
-Bañarse solo
-Limpiar el suelo
-Sacar la basura
-Cuidar a la mascota
-Preparar el desayuno
-Cocinar supervisado
-Ayudar a pasar la aspiradora, barrer y lavar el piso
-Clasificar la ropa para lavar en color y blanca
-Ayudar a lavar el auto
-Atarse los zapatos con cordones

*10 y 11 años:
-Limpiar la habitación
-Mantener el orden en sus armarios
-Hacer sus deberes sin recordatorios
-Sacar a la mascota
-Limpiar el jardín
-Tender la ropa
-Cuidar de un hermano menor
-Utilizar aparatos eléctricos (lavadora, licuadora, etc)

*12 años:
-Hacer compras
-Limpiar la cristalería
-Coser un botón
-Prácticamente la mayoría de las tareas del hogar.

Recuerda que a partir de los dos años puedes incentivar a tus chicos para que adquieran el hábito de colaborar en las tareas de la casa. Si lo deseas, puedes comenzar enseñándoles a guardar los juguetes cuando terminen de jugar y de a poco estimula a que realicen otras tareas más complejas.

Respeta sus tiempos, porque no todos los niños maduran de la misma forma, es esperable que adquieran algunas destrezas más temprano o más tarde que el promedio. Intenta no compararlos o al menos no hagas comentarios comparativos frente a ellos, porque puede afectar negativamente en su autoestima.


Si tu objetivo es ofrecerles un entorno de bienestar emocional para crecer como seres independientes, que puedan valerse por sí mismos y resolver sus propios posibles conflictos, seguro que harás lo correcto para ellos.

sábado, 16 de julio de 2016

El juego

Hoy quiero compartir con ustedes algo que escribió una amiga del alma. Como verán lo hace desde el corazón, espero que lo disfruten.



Jugar es la actividad propia de la infancia y del desarrollo.
Jugar es la búsqueda de adaptación, de supervivencia. Tal como lo explica Piaget: el ambiente propone y el niño interactúa con él, acomodándose a él y asimilándolo.

El juego se yergue desde el instinto más primal: el sentir placer y bienestar. El niño, dice Jean Ayres, lleva consigo la necesidad de expresar una fuerza interior hacia la autorrealización como ser sensorio-motriz. Así, el juego parte de la integración sensorial -ese “licuado y acomodo” que realiza nuestro maravilloso cerebro debido al ingreso de estímulos-, echándose a andar un sinnúmero de movimientos, conductas, actividades, andanzas y descubrimientos que aparecen mágica y espontáneamente como consecuencia de la interacción con un ambiente rico y promotor de oportunidades.

Jugar es simplemente dejar que se produzca el encuentro entre el entorno y el cerebro humano. Es inherente al ser humano (también al ser vivo, animales y plantas incluidos) el ser motivado e inducido a experimentar e intervenir con esas oportunidades de hacer y de crear. Cuando eso sucede el cerebro humano realiza un ensamble con el entorno y la situación aquí y ahora existente. El entorno propone y el ser humano crea. Y así sucesivamente uno retroalimenta al otro.



Desde que el niño sale del útero y repta en búsqueda del pezón materno, todo es un juego… Porque juego no es otra cosa que vivir presentes, atentos, con “mente de aprendiz”, confiados y alertas a la vez, de forma de ir buscando ese goce intrínseco a la cualidad de estar vivo, y así encontrando instante a instante la magia que sucede cuando el ser humano se conecta con él mismo, y así se conecta con el otro (entorno y /o personas).

Así se mueve la existencia, y así de simple se ha de vivir la vida humana que tan sólo busca crear más de y desde uno mismo. Sí señores! Jugar no es actividad exclusiva de los niños, jugar es vivir desde uno, que definitivamente es el juego de la vida!


Patricia Fernández Goñi

domingo, 17 de abril de 2016

Qué significa "Mamá, estoy aburrido/a"

Si tienes niños en casa, seguro que alguna vez los has escuchado lamentarse de estar aburridos. Pero cómo reaccionas tú frente a eso? Eres de las que se estresa buscando una actividad para entretenerlos? o les prendes la televisión y los dejas usar la computadora para no escuchar más sus quejas? 

Casi siempre que un niño te dice que está aburrido, lo que realmente quiere es que tú hagas algo por él. Pero además, posiblemente sea una manifestación de que en ese momento no se sienta lo suficientemente creativo como para aprovechar y disfrutar de su tiempo. Intentará hacerte sentir culpable, depositando en ti la responsabilidad de su aburrimiento.



Qué puedes hacer? O asumes esa responsabilidad y con ello reafirmas su necesidad de colocar la culpa de lo que le sucede en otra persona. O aprovechas la oportunidad para enseñarle a tu hijo que es capáz de entretenerse por sí mismo.

Puedes explicarle que existen muchas cosas que puede hacer para divertirse y que el aburrimiento es una elección propia. Dile que tú nunca te aburres (el ejemplo es la mejor forma de aprendizaje), porque siempre hay cosas para hacer y para aprender. En la medida en que escuche esas afirmaciones, las podrá internalizar y así aumentará su amor propio. Al crecer disfrutará de pasar tiempo consigo mismo, ya sea leyendo, meditando, escribiendo, bailando, dibujando, ejercitándose, cantando o realizando cualquier tarea que elija.

Por supuesto que es maravilloso pasar tiempo con tus hijos y realizar cualquier actividad junto a ellos, pero también puedes intentar estimularlos a que se interesen por todo en la vida y un buen momento para hacerlo es cuando oyes: "mamá, estoy aburrido!"

viernes, 15 de abril de 2016

Tristeza post parto

Muchas veces había oído acerca de la depresión post parto, inclusive cuando cursaba psicología en la facultad estudié acerca de ella. Se trata de una condición patológica que sufren algunas mujeres.

Lo que nunca había escuchado era sobre la tristeza que una mujer siente después de que su hijo nace. Primero que en mi mente no cabía la posibilidad de sentirse triste con un bebé en brazos y menos si era tu propio hijo! Hasta que me tocó vivirlo y al compartir lo que sentía con otras madres amigas, me di cuenta que es algo común y hasta esperable que suceda.


Es que en nuestro cuerpo suceden muchos cambios y entre ellos están los hormonales que influyen directamente con nuestro estado de humor. Así es que por un momento puedes sentirte la mujer más bendecida del mundo y al siguiente plantearte si realmente has nacido para ser madre o lo mejor es dejar a tu bebé con el padre y salir corriendo. Ahora me río pero en ese momento lo sentía de verdad y me hacía sufrir.

Si estás embarazada o acabas de tener un hijo, lo mejor es saber que ésto puede sucederte y lo ideal es que te conectes con esa emoción, la sientas, la vivas y la dejes salir. Eso te ayudará a recuperarte más rápido para poder disfrutar lo más hermoso de la maternidad, tu bebé.